martes, 29 de enero de 2013

Bajo la piel.

Necesitaba una salida, más bien una huida. Pero de repente, sentí la necesidad de volver a saber sobre él. Volví a sentir sus intensos ojos marrones tras una pantalla, mi sonrisa lució en mi aunque fuera por unos minutos. Fue como salir del puto laberinto por unos segundos, tal vez minutos. Pero al día siguiente todo volvió a ser la misma mierda, todo se volvió a desmoronar, pero yo seguía con las mismas ganas.
Luché y sigo luchando, que hasta que yo no sea feliz ni sonría no pararé.
Trasformaré mi gris en color, y mi vacío en ganas, muchas ganas. Y si necesito esperar mil trenes, lo haré.

Mírame, ¿se sigue notando esa mirada vacía sin rumbo?

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