sábado, 16 de marzo de 2013

Estoy viciada a ti y quiero que de mi te vicies.

No se como decirte esto, no se ni si quiera si me estás escuchando, ni si me has escuchado cada vez que te he hablado, siempre estuve al filo de lo prohibido cada vez que escuchaba tu nombre, que daría por cogerte de la mano y perderme por cualquier lugar, ver como se apaga la luz del Sol mientras nuestras bocas se encienden, quiero tocar tu corazón cerrando los ojos, quiero llegar a comprender todo eso que te pasa, poder arreglar y curar todas tus heridas, saber darte el equilibrio, cubrir el hueco de tus sábanas cada vez que te acuestas, cubrir el hueco de tus sábanas cada vez que te acuestas, me gustaría saber que se te pasa por la cabeza cada vez que escuchas mi nombre, que harías si estuviera esperandote en la puerta, sé que tu también tienes debilidades,  esas caricias en la espalda que te ponen la piel de gallina, ahora coje y dime que no vendrías aquí conmigo, solo tú consigues que saque todo lo que llevo dentro, me desnudas el alma con cada palabra, me vacías y me llenas constantemente, vienes y te vas, vuelves a venir y vuelves a irte, yo me quedo aquí sentada a que te decidas, esperando a que todos los espedimentos cesen y podamos encendernos, utilizo la lupa para observar todos y cada uno de tus movimientos, estoy viciada a ti y quiero que de mi te vicies, quiero que me escribas en la espalda todo eso que me dices, ven y quédate, ven y tapa cicatrices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario