Un 24 de diciembre vivido como nunca. Mucha bipolaridad en él,mucho vacío,pero sobre todo,sonrisas.
Todavía quedan bastantes horas,y la esperanza nunca se pierde. Que el vacío se llena con vacío y la soledad con lágrimas,pero lamentablemente los cabrones no se curan,solo se aprende a vivir sin ellos.
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